domingo, 2 de enero de 2005

Año nuevo, ¿por qué?

Dicen todos los medios de comunicación, todas las personas, todo el que anda por la calle, incluso mi pajarito -como animal de compañía, no piensen mal- me lo dijo esta mañana, que hemos cambiado de año, que ya estamos en el 2005 del calendario gregoriano. Hemos sumado un número más, mas, y es algo que muchos se han preguntado ya, y por lo tanto no innovo, ¿qué es el tiempo sino algo que el hombre se inventó para saber a qué hora comer, acostarse o quedar con los amigos? También se puede pensar que lo inventó la televisión para que la gente supiera cuando ver sus programas, o los médicos para dar citas, o los bares para cuando cerrar -o los ayuntamientos para tocar los huevos a los bares-, o nuestras madres para decirnos a qué hora llegar a casa por la noche, o El Corte Inglés para inventar los regalos de cumpleaños y el día del padre, o los curas para que la gente se felicite el día de su santo, o los fabricantes de frigoríficos para decirnos que se ha acabado la garantía, o los que inventaron las agendas, o los estudiantes para fijar sus fiestas de facultad y saber qué día son los exámenes, o Danone para poner fecha de caducidad a los yogures con trozos de fruta, o las promociones de los cereales para que se te acabe el plazo y no puedas conseguir la tan ansiada taza de la rana de los Smacks. Pues eso, que lo de que estemos en un año nuevo lo dice todo el mundo, pero yo no me lo creo, pues no sé qué es eso del tiempo. Así sea.

No hay comentarios: