jueves, 20 de enero de 2005

Galletas rancias

Y aquí estoy yo, comiéndome unas galletas de cacao rellenas de chocolate, que estarían muy ricas si no estuvieran rancias, en la biblioteca sita en calle Plcentinos, departamento de Filología Inglesa, estudiando como un cabrón, y feliz con mis galletas rancias, que llevan abiertas desde que abrimos el paquete en noviembre, y ya ha pasado tiempo. Y es que el tacto de las galletas rancias es diferente, no cruje, es como si hubieran estado mojadas en leche. Aún así, están buenas, porque el chocolate no está pasado -del todo-. Pero algo hay que merendar, que luego no se rinde, y a falta de una palmera de huevo -ay, cuánto añoro las palmeras de huevo de la Pepa-, pues ahí están las galletas rancias. Y voy a seguir merendando, que les está dando la humedad a las galletas y se me van a poner malas. Así sea.

No hay comentarios: