martes, 25 de enero de 2005

Tacones no, por favor

Todo el mundo sabe lo molesto que es que suene un móvil dentro de la biblioteca cuando tú estás dentro de ella. Por eso hay tantos carteles que indican que se acuerde la gente de apagarlo, desconectarlo o ponerlo en silencio antes de entrar: primero, para no molestar a la gente que estudia; segundo, para que no te avergüences de que te haya sonado: y tercero, para que tu colega de estudio no tega vergüenza ajena de ti. Bien, pero yo me pregunto: ¿por qué no hay un cartel que indique de la peligrosidad de los tacones? Eso sí que molesta, pues a los móviles ya nos hemos acostumbrado todos. Pero los tacones joden, y mucho. Se debería poner en la puerta de la biblioteca a un árbitro de fútbol, el que mira los tacos, y el/la que tenga tacones, no entra. O también poner algo como en la bolera, que te tienes que cambiar los zapatos. Deme un 38, por favor. Así de fácil. O que esa gente lleve unas chanclas en la mochila para cambiarse antes de entrar.Y es que el remedio de matar a los/las que llevan tacones es demasiado dura, pero en último término puede sernos útil. Abajo los tacones en las bibliotecas. Así sea.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad es que sí, sobre tó cuando tu sales con las plataformas de draqüin (Drag-Queen), que eres una loca.
Maruchi (Paco)

Fer dijo...

¡Bien dicho, Juanma! ¡Bien por ti! Pero, a su vez, deberían eliminarse los tacones (no los normales, sino aquellos excesivos y ruidosos) de lugares como pasillos de residencias, bibliotecas de residencias, salas de televisión de residencias y demás estancias comunes (de residencias).
¡Ah! Y de cualquier sitio controlado por el Estado -sean centros educativos o administrativos, hospitales, museos, etc-.
Guerra total a esos tacones que nos hacen la vida imposible. Si el enemigo es implacable, nosotros lo seremos más: ¡a galopar, a galopar (sin tacones) hasta enterrarlos en el mar!