domingo, 7 de octubre de 2012

En las mañanas de domingo

En las mañanas de domingo hay que despertarse tarde. O muy temprano.

En las mañanas de domingo siempre solea. A veces llueve. Nieva ocasionalmente.

En las mañanas de domingo se escucha música muy alta. Jazz, preferiblemente. También bossa nova.

En las mañanas de domingo se desayuna leyendo el periódico. En papel.

En las mañanas de domingo se toma café mirando al cielo. Si es té, afrutado.

En las mañanas de domingo apetece un baño, pero nos duchamos para ahorrar agua.

En las mañanas de domingo cabe la mañana y un poquito de la tarde.

sábado, 6 de octubre de 2012

jueves, 21 de octubre de 2010

Rise and fall of the city of Mahagonny

Libreto original de Bertolt Brecht (traducido al inglés para la ocasión por Michael Feingold) y música de Kurt Weill, se nos ha presentado en el Teatro Real de Madrid Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny, ópera en tres actos con puesta en escena de la Fura dels Baus y dirección musical de Pablo Heras Casado. En breve, me ha dejado algo frío. Una puesta en escena espectacular, con un verdadero vertedero humano llamado Mahagonny, que no consigue ocultar ni las carencias de algunos de los cantantes (widow Beckbick, te falta un poquito de potencia, que te comía la orquesta); ni un libreto algo saltimbanco, que alterna momentos geniales e impactantes con etapas de duermevela; y ni unas escenas en ocasiones con un tono de musical. Opinión popular: una parte del público aplaudió a rabiar, algunos en pie. Numerosos vacíos en el descanso (probablemente conservadores vitales). Opinión personal: grandilocuente, pero fría. Aún estoy esperando que empiece.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Historia y deporte

Leo en mi habitual repaso a la prensa un artículo interesante. Lo escribe Alfredo Relaño, director del Diario AS, el mejor periódico deportivo existente en España. Para muchos que se autodenominan intelectuales o, haciendo gala de sus ególatras personalidades, cultos el deporte no es más que una pasión bajuna, barriobajera, del tercer y cuarto estado. ¡Pasión de incunables!, que diría el gran Guasch. La historia indica que no es así, ni mucho menos, ya que el deporte ha estado en muchas ocasiones condicionado por cuestiones políticas, y viceversa. No sólo en España, donde los ejemplos salen a borbotones de la fuente de las anécdotas, sino en cualquier otro país e incluso a nivel mundial, como puede ser la designación de la ciudad olímpica cada cuatro años -esos dedos juguetones de nuestro griego favorito en el COI no se olvidarán en mucho tiempo-. No sólo en los años de la antigua guerra fría, sino también en la actualidad. No sólo entre grandes equipos o naciones, sino entre dos pueblos que traspasan sus problemas históricos a una hectárea de césped, 100x70 de pelusa francesa. El deporte alcanza todas las esferas de la política, la política condiciona el deporte poderosamente. Me centro en lo que escribe nuestro amigo Relaño. Barça y Madrid, los dos grandes equipos de fútbol de España, han estado siempre en la brecha política. El segundo por su benigna relación con el dictador -me refiero a Franco, no a Aznar, que también; también simpatiza con el Madrid, digo-. Madrid, equipo del poder; Madrid, ganaste las copas de Europa gracias a Franco. Nada de eso. Ganó las copas de Europa gracias a esa delantera mágica formada por Rial, Kopa, Gento, Di Stéfano y Puskas. Nadie duda de los favores que el caudillo hizo al equipo de Bernabéu, sobre todo en materia urbanística -que no es sólo de Franco, amigo Gallardón-, pero en lo deportivo no están las cosas tan claras. En tanto, el Barcelona es el amigo del separatismo catalán, acentuándose esta dimensión en la reciente etapa de Laporta, con sus ya famosos Catalunya is not Spain en preferente o el apoyo político en las dos últimas elecciones catalanas por parte de un hombre que se pasea en calzoncillos por los aeropuertos. En fin. Disfruten de este 29 de noviembre.

viernes, 24 de noviembre de 2006

Gabachismo. Viajar a París sin pasar por Crédial (ii)

Seguimos por las calles de París. ¿Qué tenemos que hacer para movernos de un lado a otro? Hay dos opciones. Para los más aventureros y deportistas está la posibilidad de ir andando la mayor parte del tiempo. Vale mucho la pena, porque uno de los grandes encantos de la ciudad está en recorrerse los rincones de los barrios, sus plazas y sus jardines. Claro que para ir a algunos sitios hay que pillarse el metro. El Metropolitain de París está bastante bien. Hay trenes cada dos minutos y las bocas de metro están por todos lados. Además, si no se va en hora punta, es bastante cómodo. ¡Cuidado con el reprís! ¡Son rápidos, tanto al salir como al llegar! Además, si te agarras a alguien no puedes decirle perdona, pisha, porque no te entienden. Que esa es otra, que hablan en francés. Bueno, lo mejor es pillar los carnets de 10 viajes, que salen a 10.90 euros. Sí, algo caros, pero es lo mejor. Los de turistas no sé, bastante caros para mi gusto. Si vais en fin de semana os podéis pillar uno muy bueno, que sale por tres euros y pico, y sin límite de viajes. Vale para un día sólo, ojo. Personalmente, os aconsejo andar. Caminar. Ya lo decía Machado, caminante no hay camino. Descubrir París andando, maravilloso.
Respecto a lo de comer, mi experiencia es mínima. Como esto es una guía barata, os diré lo mejor para que salga lo más económico posible: llevarse la comida de casa y cogeros allí barras de pan. El pan está buenísimo, nada que ver con las barras prehechas con las que nos clavan por aquí. Embutidos al vacío y pa'lante: jamoncito, caña de lomo, chorizo, salchichón. Un bocata en un banquito y a seguir con las visitas. Hay otras formas igualmente baratitas, pero menos cutres. Por ejemplo, los kebabs y los crêpes. El kebab es gigante, con una cantidad de carne ingente y patatas fritas, todo ello por cuatro euros. Te quedas jipato, muy bien. Los crêpes son menos pantagruélicos, pero muy sabrosos. Dependiendo de lo que le eches, pues de dos a seis euros. Los dulces mejor, como postre, después del kebab. Si queréis algo más de glamour, pues hay unos italianos llamados Pastapapa que están muy bien. Las pizzas por unos diez euros, al igual que los platos de pasta, superabundantes. Para ser París, muy buen precio. Y para lo chic, la alta cocina francesa la desconozco por completo.
Kebab hasta pal Pandi

Disfruten de este 24 de noviembre.

jueves, 23 de noviembre de 2006

Gabachismo. Viajar a París sin pasar por Crédial (i)

Historias gabachas para recordar y olvidar. Es esta una pequeña guía para aquellos que vayan a pasar unos días en París (no Hilton), la ciudad de la luz, la ciudad del amor. Porque no es fácil llegar a un país nuevo, con sus costumbres tan diferentes a las españolas y su refinamiento tanto en la moral como en su educación. Aunque seamos turistas, tenemos que ser un poco franceses en la France. Os cuento varias anécdotas que espero os sirvan de ayuda en vuestras rutas parisinas.
Lo primero es importante. ¡Que no os timen! Sobre todo con el agua y el pan. Estos dos manjares son gratis en los bares y restaurantes franceses. ¡Gratis! No hay ni que pedirlo, pero por si acaso se tiene que pedir, que no os lo cobren. El agua está buena, aunque sea del grifo. Fresquita y sabrosa. Otro timo es la Torre Eiffel. No verla, que está genial, sino subir. Vale que es alta, espectacular, que se ve hasta a la madre del Pandi haciendo croquetas en Burgos, pero no vale la pena subir. Once eurazos por estar a 256 metros de altura. Lo único que se coge es viento y frío, sobre todo si vais en la temporada otoño/invierno en Cibeles. Yo os aconsejo subir andando, que sale más económico, y pararos en la primera planta -donde no te deja el ascensor de los once eurazos-. Luego subís a la segunda también andando, que no es mucho, ya que sólo te dejas un octavo de pulmón, pero nada más. Si allí ya veis que os apetece subir hasta arriba, bien, pero se ve prácticamente lo mismo que en la segunda planta. Bueno, no es lo mismo, pero casi, desde más alto. ¡Atención los que sufren de vértigo! ¡Está alto!
Paris comiéndose una torre Eiffel a modo de Pirulo francés
En la próxima edición, os comentaré dónde comer bueno, bonito y barato, así como el transporte.

Disfruten de este 23 de noviembre.

miércoles, 15 de noviembre de 2006

San Alberto ¡Magno!

15 de noviembre. Una fecha que nunca voy a olvidar. Por dos razones. Una buena y otra mala. Empezaré por la mala. Hoy es el Día Mundial Sin Alcohol. Sí, boys and girls, hoy no se debe beber alcohol, ni una cañita con pincho de tortilla. ¿Por qué? Porque es el Día Mundial Sin Alcohol. Así que, borrachuzos amigos míos, que sois muchos, hoy nada de beber. Ni barra libre ni carajillo para desayunar. O botella de sidra. Día Mundial Sin Alcohol.
La razón buena es bien diferente. Hoy es San Alberto Magno, patrón de Ciencias. ¿Qué significa esto? No tenéis que felicitar a una Ciencia si la veis por la calle, no, no. Hola, señora Ciencia, ¡felicidades! hoy es San Alberto, su patrón. Vaya situación. Nada, nada. San Alberto es un día señalado para todo universitario que se precie. Fiesta de Ciencias, fiesta del universitario casi. En un enclave fechístico incomparable, el 15 de noviembre se rodea con un círculo rojo nada más empezar el curso. De 2000 a 2005 no he faltado a ningún San Alberto. Mil anécdotas se recuerdan -sorprendentemente- de ese día, que no relataré aquí. Y un amigo me ha acompañado siempre esos seis años: el kalimotxo. El Parque de Matemáticas, la bodeguilla de la facultad, la sangría matadora, Salas Bajas, La Sindical. Muchos han pasado por esos lugares y han disfrutado del día grande, de San Alberto. Ante esto, sólo puedo decir una cosa: ¡Viva San Alberto!
Disfruten de este 15 de noviembre.