martes, 18 de octubre de 2005

In Memoriam: Pajarito Nuevo

Este artículo es un recuerdo para mi pajarito, que el sábado pasado voló por última vez hacia el paraíso de los pajaritos. Tantos años con nosotros, cantando todas las mañanas. No sé si podré aguantar cuando llegue a casa la vista de la pared vacía, sin él ahí. Recuerdo el día que llegó, perdido por una racha de viento, y posándose suavemente sobre un helecho. Allí se quedó y hasta el sábado. ¿Cuántos años hace? ¿Ocho, diez? Muchos en cualquier caso. Le llamamos Pajarito Nuevo, porque ya teníamos uno que se llama Pajarito. Pajarito Nuevo tenía el pelo raído, como un pajarito vagabundo, y una boina típica de viejo. O vieja, que nunca supimos si era pajarito, pajarita o corbata. Pues su pelo, marrón por aquí, rojo por allá, a retales. Y unos ojos profundos que se te quedaban mirando pidiendo un trozo de pero. Pajarito Nuevo se comía los trocitos de papel Albal que le caían cerca. Tenía un estómago de hierro. Pero no le gustaban las bolitas de vitaminas, sólo el alpiste. A lo mejor por eso estaba débil. El caso es que esa misma mañana estuvo cantando como nunca lo había hecho, dándolo todo. Puede que nos diera las gracias, nos dijera adiós o simplemente lo hizo porque era feliz en aquel momento. Nunca lo sabremos. Lo que sí tendremos en nuestro corazón será su piar, sus saltitos y su buena cara cuando nos veía por la mañana. Gracias, Pajarito Nuevo, por aguantarnos las noches sin dormir, por cantar a pecho roto cada día, por alegrar la casa siempre. Y perdónanos por dejarte encendida la luz sin que te pudieras dormir, por dejarte en el patio algún día de frío, por ponerte las bolitas de colores en la comida. Allá desde donde nos leas, Pajarito te da recuerdos y todos nosotros te echamos de menos, sobre todo la Conchi. Y este cachito de pero, todo para ti, mas no te lo comas de un tirón.

domingo, 16 de octubre de 2005

Pene

Pene, esa palabra tan utilizada por todos en miles de frases, ese vocablo técnico con el que se designa al miembro viril masculino. Pene, que cuando lo pronunciamos de pequeños nos hace tanta gracia. Eh, ven aquí, cara pene, que se lo gritamos al amiguete de turno en cualquier momento. Me importa un pene, cuando algo nos la trae floja -y nunca mejor dicho-. Vete al pene, cuando mandamos a alguien a la mierda o más allá. Y con tantos sinónimos: picha, colita, minga, nardo. Pero nada como la palabra pene. Que tu alma no pene, como pésame. Vale para todo. Penélope, siempre con el pene por delante. ¡Vaya pene!, en el momento en que descubres el idem de Nacho Vidal. Cómeme el pene, siempre que algo no tiene ninguna gracia y se lo queremos constatar al interfecto. Pene.
¿Por qué pene? Francamente, es para ganar visitas, porque habrá gente que ponga en Google la palabra pene y penetre -otra vez, y viene al pelo (muelle)- en este blog. Por los salidos, un pene para ellos.

sábado, 1 de octubre de 2005

¿Por qué cuando a alguien le gusta mucho una canción sube la músicaa tope?

Francamente, es algo que nunca he llegado a comprender. Porque si lo que escuchabas antes se escuchaba bien y claro, no hay por qué subir la música de tal manera que se distorsione el sonido y empiecen a aullar todos los perros de la ciudad al son de los quejidos del cantante de turno. Pero si hay que buscarle una explicación racional, tiro por la hipnosis que produce la música a más de 60 decibelios. Todo el mundo que escucha una canción a más de ese nivel de sonido le entran ganas de comprar discos de Juanes y de los Lunnis en Navidad para que nos vayamos a dormir prontito. Por lo tanto, es una táctica creada desde Drogatas Anónimos para que nos acostemos en la camita temprano por la mañana y no se salga de fiesta y así no se tomen cositas malas pal cuerpo. Pero teniendo en cuenta que su principal asesor se llama Ángel Cristo, pues lo llevan chungo, porque tiene menos efectividad que los tripis de serrín con fanta limón. Evidente.
Fíjate con qué ojitos te miran, como para no caer en su trampa.