lunes, 7 de febrero de 2005

Dormido en el Comes

Joe, chavales, que pechá de dormir me di el otro día en el autobús de Cádiz para Puerto Real, tras una aguada noche de carnaval que no por ello la deslució. La verdad que nos lo pasamos bien, y pudo haber sido mucho mejor si no hubiera estado tan cansado de los exámenes y del viaje de Salamanca para Cádiz. Pero es que la vuelta en el Comes fue mortal, no podía con mi alma ni con tantos litros de kalimotxo -o calimocho o kalimosho, como sea, amos- en el cuerpo ni en el hígado, así que ocurrió lo que tenía que ocurrir: dormido y cachondeo de esta gente. Pero vamos, que no importa. Lo que sí estuvo bien fue la peazo noche que pasamos con los arandinos y con tó la gente que había por allí, la mojá a las 3 de la mañana, el buscar un puto portal que no es encontró y esos peazos de disfraces de princesa de 12 años, de profe de gimnasia de la ESO, de preso, de pirata, de ardilla corroída u oso, según cómo se mire, y como no, el clásico de los clásicos, el disfraz de indio del Edu, que a ver si cambia, pishita mía. Así sea.

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