lunes, 1 de noviembre de 2004

Premios de bebidas

Estaba yo ayer en un bar salmantino, de cuyo nombre no quiero acordarme, en el cual no queria tomar nada. ¿Qué pasó? Pues que si comprabas una cerveza, te regalaban algo. Claro, todo el mundo quiere la camiseta, que es lo único útil, porque lo demás es una mierda, hablando claro. En mi afán por conseguir tal preciado premio, caí en la tentación, a pesar de con las pipas gratis ya estaba contento. Sí, compré la cerveza, y busqué una mano inocente que cogiera el rasca. En ese intervalo de cinco o seis segundos, la camarera -que no destacaba por su simpatía- me tiró el rasca a la cara, y yo dije: "qué tía más borde", como buen hijo de vecino haría, en voz baja pero audible. Mi ilusión de la camiseta se fue lejos de ahí, centrado cómo estaba en poner verde a la chica. No importó, ya sabía que el premio no iba a ser la tan deseada prenda de vestir, y que me iba a tocar lo que menos quería, aunque después, analizando la tabla de regalos, iba a ser lo cuarto mejor de ocho. Me hirió mi orgullo, estaba enfadado, no me habían dejado elegir mi premio!!! Por lo tanto, he decidido no volver a ese bar -aunque eso ya lo sabía de antes, pues es un sitio que no es de mi devoción- y regalar el regalo que con tanto mimo me regaló la camarera a la cual le regalaron el puesto. Nunca un limpiaCD's provocó tal cisma interno. Así sea. O así fue.

2 comentarios:

•°· NiGHToLoGy ·°• dijo...

Míralo por el lado bueno, no te salió lo que suele salir siempre "Sigue jugando" jajajaja.

Fer dijo...

Estimado compañero de mundo y amigo:
estoy totalmente de acuerdo contigo, ya sabes que en ese sentido no necesitas convencerme mucho. Hace tiempo que me negué en redondo a capitular, ni tú ni yo ni otros muchos somos así, por mucho que se empeñen en igualarnos para bien o para mal.
Recupera ese orgullo. Ve al "Country", al "Mala leche", al "Paniagua", a "La imprenta". Levántate y anda, aunque no te paguen las copas si no eres de la élite.
¡Nos vemos en los bares"